domingo, 11 de marzo de 2012

SOBRE LA EDUCACIÓN

Hace algún tiempo vi un video de una conferencia del TED sobre la creatividad en las escuelas, la impartía Sir Ken Robinson, fue una de esas cosas por las que das gracias de que exista internet y gente que comparte sus conocimientos. Y es que es de esos videos que no ves precisamente en prime time en las cadenas generalistas. Como conclusión Sir Ken juzgaba a las escuelas tradicionales culpables del asesinato de la creatividad. Y ante esto uno no puede quedarse callado

Como bien dice Sir Ken Robinson, la educación es un tema que nos interesa a todos, del cual todos tenemos una opinión formada, y estando tan de actualidad, aunque más por su ausencia que otra cosa, aquí va mi reflexión.

La educación es la manera de dar forma al material más precioso del que disponemos, nosotr@s mism@s. Es la herramienta de las herramientas, la pieza clave, la llave maestra que nos hará dueños de nuestro destino o que nos someterá a él. Es la esencia de nuestra sociedad, la base sobre la que debe construirse cualquier civilización que se precie civilizada. 

Es necesaria desde el principio y dura tanto como la vida. Porque nunca dejamos de aprender, nunca deberíamos, y la última lección no es otra que la mortalidad de la carne. Luego… ya aprenderemos que viene luego.

En esta sociedad capitalista cegada por la avaricia y la ambición, que son la gasolina que alimenta sus motores, la educación no es más que un negocio y su valor se confunde con su rentabilidad. Pero hay cosas en la vida que no deberían medirse con billetes y monedas. 

La educación no debería dejarse al libre arbitrio de los mercados. No tiene valor monetario, es algo más. Podríamos hablar del alma de la sociedad, de su futuro. Está en juego todo, lo que somos y lo que seremos.

Y ahí está la clave de la educación, su verdadera y originaria función, prepararnos para el mañana. Y el mañana es algo que nadie conoce… por no saber no sabemos ni lo que ocurrirá en los siguientes 5 minutos. ¿Seguiré escribiendo? ¿Seguirás leyendo?

Nadie lo sabe pero aun así debemos estar preparados. ¿Y cómo podemos prepararnos para lo desconocido? Con el arma más poderosa que la naturaleza le ha dado nunca a ningún ser vivo… la imaginación, la creatividad. Sólo la imaginación es capaz de dar forma a lo impensable, donde la razón no alcanza, la creatividad te construye un mundo de posibilidades. Y si eres capaz de imaginar cualquier cosa, nada te pillará desprevenido. 

Por lo tanto, y en mi humilde opinión, la principal función de la educación sería alimentar esa facultad innata en nosotros. Las escuelas deberían motivar la creatividad, deberían dejar hablar más a los niños, en vez de hacerlos callar y memorizar ingentes cantidades de datos pasados.

No me entendáis mal, creo que el estudio del pasado es imprescindible para estar preparado para el futuro. Pero si obligamos a los niños a sólo a mirar hacia atrás, lo más fácil es que no vean la piedra que tienen delante y den con su cabeza en el duro suelo de la desesperanza y la inseguridad.

Y es que hay que enseñar a los niños a perder el miedo a equivocarse, porque, por mucho que aprendan, por mucho que sepan, en la vida nadie está exento de equivocarse. Aun más, el error es imprescindible para acertar. Sólo a base de tropiezos aprende el bebe a ponerse de pie y andar. Sólo se puede ser creativo si no tienes miedo a cometer errores. 

Y junto con la creatividad, otra de las asignaturas pendientes en la escuela es la enseñanza de los sentimientos. No hay ninguna asignatura que te explique qué es eso que te ocurre cuando alguien te quita el juguete con el que estabas jugando y se te acelera el pulso,  te sube un calor por el estómago y la mente se te nubla de pensamientos contradictorios. Nunca me explicaron en clase que era la rabia, ni la vergüenza, ni el miedo, la envidia… nada. 

De aquello que tod@s tenemos en común, de todo eso que sabemos a ciencia cierta que los niñ@s sentirán, porque nosotr@s lo sentimos, nadie les dice nada. Ningún temario lleva en su interior la gestión de los sentimientos. ¿Cómo es posible? ¿Acaso nos avergonzamos de sentir? 

Hablando con un amigo de la infancia (ese Geortx) me dio la clave de esta cuestión, y es que tradicionalmente la enseñanza de las emociones era coto privado de la religión. Allí sí se explicaba lo que era la ira, la lujuria, la gula… y eran todos pecados. 

Pensando en términos económicos… ¿Cuánto se ahorraría la sociedad si sus individuos supieran gestionar las emociones? ¿Cuánta violencia podríamos ahorrarnos? ¿Cuánta felicidad se está perdiendo por que la gente no tiene ni idea de lo que siente, o no sabe controlar sus emociones y las deja salir como un volcán en erupción?

Pero si hablamos de pérdidas, lo que más pierde la sociedad con estos modelos tradicionales de escuela son los talentos latentes que todos los niñ@s tienen. Y no hablo sólo de los superdotad@s, de los que se categoriza como excepcionales, me refiero a toda persona que tiene un talento en particular, por pequeño que sea en comparación con el de otras. De alguna manera todo el mundo es especialmente bueno en algo.  ¿Por qué no se dedica atención a las particularidades de cada alumno y se trata de potenciar sus virtudes en vez de castigar sus defectos?

Principalmente, el motivo, como en casi todo, es económico. Una escuela tan personalizada es mucho más cara que el modelo actual de “fabricación de profesores universitarios”, también conocido como escuela. A corto plazo supondría un gasto que muchos verían exagerado. Volvemos a poner precio a las cosas que no lo tienen.  

Imaginad conmigo… una escuela donde a cada niñ@ se le trata como individuo, con sus diferencias y particularidades, donde se le trata de enseñar, no se le castiga por no aprender. Se le premia por poner  a prueba su voluntad y se le motiva para sobrepasar sus propios límites. Se potencian sus virtudes para que pueda ser la mejor versión posible de sí mismo. Además se le enseña que son los sentimientos y que éstos  no son en esencia buenos o malos, que el mal y el bien sólo se encuentra en lo que haces con esas emociones. Que sentir es natural y no te tienes que avergonzar de ello. Que errar es humano, más aún, necesario para mejorar como persona.

Con una educación como esta utopía de la que os hablo, tendríamos mejores profesionales, gente que se dedicaría a lo que mejor sabe hacer y que habría aprendido a disfrutar haciéndolo. Y gente más civilizada, sin esas explosiones emocionales tan habituales en los atascos. Todo esto no haría si no mejorar la economía, eso sí a largo plazo, y con el peligro de crear mejores personas. Algo que a los que deciden el "buen camino" parece no venirles del todo bien, ell@s prefieren cultivar gente que tener gente cultivada.

Enlace Conferencia Ken Robinson:
http://video.google.com/videoplay?docid=-9133846744370459335

miércoles, 1 de febrero de 2012

EL CIERRE DE MEGAUPLOAD

- "Pero ¿es una rebelión?" preguntó Luis XVI.
- "No, señor, no es una rebelión, es una revolución." respondió el duque.

Ha sido necesario dirán. La industria peligraba y con ella miles de artistas que viven gracias a su inversión. Porque la industria necesita sacar beneficios para seguir invirtiendo en cultura, música, cine, televisión… si la industria no tiene beneficios mejor se va a invertir a otro lado, si tiene perdidas, ya ni te digo. Porque así es el capitalismo amigos, si algo no es rentable no existe.  Be Money, my friend, or not to be. Pero la rentabilidad no es sacar lo suficiente para vivir, la rentabilidad es un ser eternamente hambriento que nunca tiene suficiente, cada año más, pero rara vez mejor.

¿Y de dónde saca la industria ese dinero para poder invertir en artistas, creadores, técnicos… que son los que harán realidad un proyecto artístico, un producto con el que conseguir rentabilidad y beneficios? ¿De qué misterioso lugar secreto? De los compradores, de los clientes, de nosotros… sí, sí, y de los que descargaban de megaupload también eh, que todos pagamos cánones, impuestos (para ayudas) y vemos la publicidad de sus cadenas. Porque efectivamente, se puede ser usuario de megaupload e ir al cine pagando, ver los anuncios en la tele con cachitos de series, informativos, concursos, documentales… en medio. Y de todo esto la industria saca dinero. Productores sin ideas mal compran a pobres artistas para hacer negocio con sus creaciones y usan sus contactos con los directores de televisión, que como amiguitos del alma cierran el negocio perfecto.

¿Pero no tenéis corazón? Gentes del mundo, desgraciados con sueldos de miseria, vosotros que no podéis defraudar a hacienda como las grandes corporaciones ¿no entendéis que sin vosotros la bestia del mercado se muere?

¿Y qué pasaba con megaupload? Qué la gente veía muchas más creaciones audiovisuales, pero no pagaba por ellas… y sorprendentemente de esta manera el señor “Dotcom” amo y señor de megaupload se hacía de oro… casi literalmente, el puto rey midas de internet con mansiones brutales, cochazos, megaupload fiestas… y de dónde sacó esa cantidad de dinero si la gran mayoría que lo usaba no pagaba nada por esas descargas, y aun más, incluso un usuario podía ganar dinero (no mucho) subiendo archivos que él había comprado para compartirlos gratuitamente con el resto del mundo. Pues esa ingente cantidad de dinero salía de la publicidad, de sus cuentas Premium (para intercambios legales también)… y de poco más (que yo sepa). Y con eso, se hizo de oro.

Es injusto, es un robo para la industria que ha invertido mucho para que esas creaciones fueran realidad, y también para esos artistas que tuvieron que trabajar tan duro para conseguir realizarlas. Que la gran industria y sus artistas no reciban ningún dinero de toda esa gente que está disfrutando gratuitamente de sus obras es… cuanto menos pecado capital.

Pero ¿Quién está pecando?¿Y quién paga por ese pecado?

Recapitulemos… la industria invierte dinero para comprar artistas a un precio (dentro de los artistas incluyo a los técnicos también) y vender sus creaciones a los clientes a un precio superior. De esta manera pueden hacer negocio, tener beneficios y ser fieles al aumento de rentabilidad anual de sus accionistas. En esta ecuación considero “clientes” a todos nosotros, sí, también los que no pagan pero sufren la publicidad, esos también son clientes, aunque no paguen con dinero, sino con atención y tiempo.

Si la gentuza como yo (y tu y él/ella) no compran (entradas de cine, DVDs remasterizado, CDs recopilatorios, ven los anuncios…) la industria no tiene dinero y como consecuencia los artistas (creadores, técnicos y administrativos) se mueren de hambre. ¡TÚ LOS ESTÁS MATANDO! ¡ASESINO DE ARTISTAS! El encantador de mercados te reñiría por no dar de comer al capitalismo siempre hambriento y por no sacarte a consumir al menos 1 hora al día.

Pero un momento… si los artistas viven de la industria y la industria vive de sus clientes… ¿Podrían vivir los artistas directamente de sus clientes… sin pasar por la industria? 

No, como va a ser eso posible, la industria es necesaria… hombre, que ir al cine mola, la sala oscura y gigantesca pantalla, el sonido envolvente. Y la verdad es que un CD de música de tu grupo favorito con su carátula, sus extras y saber que contribuyes al grupo que te gusta, macho, eso no tiene precio. Incluso ver en la tele los informativos, los programas de humor, anda que no me río con el intermedio, eso es oro, chata. Y efectivamente todo eso cuesta mucho dinero. Construir los cines, o los estudios y los pirulis televisivos, las cajas de los cd’s, las hojas de los libros, toda la gente que trabaja en esos lugares, todo eso cuesta mucho dinero…

Aunque, si lo pienso bien… si veo una película en mi casa, la casa la pago yo y el microondas para las palomitas usa la luz que paga mi cuenta corriente… si me descargo una canción, sin caratula, sin cd físico, con una conexión que pago a Telefónica a precio de Uranio empobrecido, el que tiembla es mi bolsillo…. ¿Y si me descargo un libro electrónico? pues el ordenador o el ebook lo pago yo (con sus impuestos y sus cánones) y el ebook o el ordenador no requieren de cientos de hojas impresas distribuidas en camiones hasta mega(no-upload) supermercados de la cultura… la lógica me diría entonces, que los mismos productos en formatos con menos costes deberían ser muchísimo más baratos… pero si una canción en itunes me cuesta un euro (14 canciones=14 euros el CD), o un libro en formato digital casi lo mismo que en papel… menudo negocio ¿no?

Y digo yo… ¿No podrían convivir ambos modelos? Cuando quieras/puedas ir al cine irás (La pantalla de cine es mucho más molona que mi tele) y cuando quieras/puedas verás las películas en casa. Los más listos dirán que para eso está el videoclub o las grandes superficies que venden los DVDs de esas películas y pagando las puedes disfrutar en tu hogar. Y no os faltará razón, pero igual os falta un coche o la peli que quieres no está en el videoclub que todos tenemos al lado de casa (ironía), o simplemente te falta dinero... Y si me falta dinero, por mucho que cierren megaupload no me van a crecer billetes en la cartera.

En cambio ¿sabéis quién tenía billetes? el dueño de Megaupload ¿Y cómo? Sin cobrarme nada… increíble… Lo tenéis detenido ¿no? Preguntadle cómo lo hizo!! Y así, nos dais el servicio que brindaba megaupload y os quedáis con esas ganancias tan jugosas de las que disfrutaba el super ricachón King Dotcom. Ah, pero que vosotros queréis ganar más, claro, que ganáis poco, ¿no?
Y todos esos libros descatalogados, o películas que ya no venden… ¿quién pone esa cultura a nuestro alcance?¿Las editoriales? Si un libro no vende lo que ellos esperan, dejan de hacerlo, y entonces la obra de ese escritor se pierde. Artistas que defendéis a la industria ¿No os dais cuenta que la industria sólo entiende de rentabilidad? En cambio, el cliente, el cliente es el que aprecia vuestra obra, es el que os sigue, os lee, os escucha, hasta compran vuestros obras. Incluso  buscan las que nadie quiere ya vender para poder disfrutarlas.

Os imagináis artistas, que vuestro público os sigue, visita vuestra página, lee sobre vuestras vidas, habla de vosotros, os recomienda, os hace publicidad sin cobraros nada, os pone un me gusta y os levanta el dedo en señal de aprobación, os va a ver a los conciertos o conferencias, os muestra su apoyo y os da sus opiniones, para que sepáis lo mucho que le gustan vuestras películas, incluso pone su dinero para que sigáis creando (crowfonding) o se traga la publicidad antes de disfrutar de vuestro trabajo. ¿Os lo imagináis?

Si megaupload es culpable de algo (al margen de que haya blanqueado dinero, o extorsionado, que esas cosas sí tienen delito) es de haber demostrado que se puede ganar mucho dinero dando un servicio excelente y gratuito a sus clientes. Qué sí, que él conseguía dinero con productos que no eran suyos, pero ¿Por qué la industria, en vez de perseguir y destruir el legado de Megaupload, no lo hace suyo? ¿Por qué no evolucionar junto con el mundo que les rodea? Si la industria usara la experiencia megaupload creo que las pérdidas que dice haber tenido no serían tantas… quizás hasta conseguirían la bendita rentabilidad infinitamente creciente y al mismo tiempo la culturalización del mundo entero por igual.

Pero siempre quieren más, y lo peor es que se creen, e incluso promueven una campaña en informativos para hacernos creer, que al cerrar Megaupload han aumentado y aumentarán sus ingresos de manera espectacular. Lo dije más arriba, es cuestión de dinero, si tengo lo justo para pagar alquiler, luz/agua, gasolina e internet, no voy a tener para ver todas las películas ni leerme todos los libros que me descargaba antes de internet. La ingente cantidad de creación audiovisual que consumíamos gracias a megaupload habría sido impagable por la mayoría de bolsillos. Y aun más, en tiempo, no habría podido ir al cine a ver todas las películas que he visto gracias a megaupload y los usuarios que subían sus archivos(en algunos casos ni ganas, muchas películas que están en cartel son tan malas que sólo por ser gratis las he visto), habría tenido que dormir en el cine en muchas ocasiones. O directamente no habría podido verlas porque no tienen todas las series que he visto ni en la tele, ni en las tiendas, ni en los videoclubs. No habría podido disfrutar de obras que no tienen su hueco en los canales tradicionales. Las empresas dejan la cultura no rentable pudrirse y desaparecer, los clientes la atesoramos, recordamos y compartimos, hacemos las obras inmortales. El mercado las exprime y cuando ya no les renta las dejan desangrarse en almacenes oscuros…

O peor aún, hay obras que no llegan ni a nacer porque los que mandan piensan que no podrán sacarles una alta rentabilidad. Y aquí está el siguiente Quid de la questión y donde pocos medios de comunicación han llegado al analizar este tema. Con los avances tecnológicos los HomeStudios para creadores son asumibles económicamente y además existe la posibilidad de conseguir productos audiovisuales de una más que aceptable calidad (similar a la televisión) fabricados en su propia casa o con una inversión muy inferior a la de años atrás (una cámara de televisión hace 10 años podía costar 40.000 euros, hoy en día una cámara digital como la D7 que se acerca a la calidad cinematográfica no cuesta ni 6000 (con obejtivo incluido). Y aun más, el creador puede incluso distribuir su obra sin tener que vender su alma para ello a demonios que la compraran barata y la venderán más cara. Es la desaparición del intermediario. El canal de distribución, gracias a internet, está al alcance de cualquiera.

Os imagináis que inventaran una máquina de tele transporte de mercancías… imaginaros que el agricultor tuviera en su casa esa máquina, y que el cliente pudiera directamente comprarle al agricultor sus productos y recibirlos sin moverse de casa… ¿quien tendría miedo de esta máquina?¿A quién no le interesaría que se inventara? ¿Al agricultor?¿Al consumidor de agricultura? Evidentemente, no. Para estos dos sujetos esa máquina sería el invento del siglo. Sí, de nuevo la respuesta correcta es al intermediario, los que inflan los precios cada vez que el producto pasa por sus manos, y pasa muchas veces sin siquiera ser tocado más que en su precio final, esos sí que se levantarían en armas contra el inventor de la máquina y la quemarían en la hoguera por brujería, mientras el FBI detiene al inventor, esté en el país que esté.

Podríamos pensar que si con esa máquina el cliente pudiera teletransportarse la comida del campo sin pagar al agricultor, a éste tampoco le haría mucha gracia. Pero es que Megaupload sacaba dinero, por lo visto tanto como para pagar los fuegos artificiales más impresionantes jamás vistos en el continente oceánico. De acuerdo, como no tenía casi gastos, todo eran beneficios. Bien, quitémosle Megaupload a su dueño pero mantengamos su gran servicio y repartamos sus jugosas ganancias entre los agricultores, a lo Robin Hood virtual.

El cierre de Megaupload es una demostración de poder, lo hacen porque pueden. Muchos se dan palmaditas en la espalda, se abrazan alegres, incluso muchos artistas se frotan las manos pensando en el dinero que van a ganar… pero no os engañéis, en tiempo de bonanza quien más gana siempre es la industria, nunca el trabajador.

Mi consuelo es que si las páginas como Megaupload desaparecen, la industria no va a conseguir de mí que pague por todo lo que antes veía. No puedo, lo siento. Y cómo yo mucha más gente de la que ellos calculan. Inevitablemente al principio los perjudicados seremos los de siempre, los que carecemos de las posibilidades de un amplio y rebosante bolsillo, los pobres no tendremos acceso a toda esa cultura y entretenimiento. Dios aprieta pero no ahoga, en cambio los mercados no son dios, ellos ahogan y matan sin piedad. Pero si tensan demasiado se van a quedar sin presas, y los leones sin gacelas, se mueren y desaparecen. Estamos conectados… es el ciclo de la vida… es internet.

En mi opinión, y que sirva como reflexión final, si la industria no evoluciona y busca nuevas formas para satisfacer a sus clientes, los clientes acabarán buscándose la vida al margen de la industria. Y si no pueden consumir la cultura en los canales de comunicación tradicionales, buscarán el sustento para su alma en otros pastos. Y ahí es donde entran todos los creadores que ven en la red de redes el medio perfecto para convivir con su público sin intermediarios. Estos sobrevivirán y satisfarán a los pobres del mundo, mientras la elite sigue disfrutando de sus privilegios… por suerte, a todo aristócrata le llega su Bastilla.

Hay esperanza, ésta es nuestra Revolución.